Un tatuaje cover up no es más que un diseño de tatuaje especialmente pensado para cubrir un dibujo anterior que ya no nos gusta, bien porque el tatuaje ha perdido calidad, en cuyo caso también podríamos repasarlo, bien porque representa algo que ya no queremos lucir sobre nuestra piel. Hablar de principios generales sobre los tatuajes cover up o establecer reglas que valgan para todo tipo de “covers” es muy complicado porque cada tatuaje es un mundo con sus propios ajustes, diseños y condicionantes para ser cubierto. No es lo mismo tapar un pequeño tatuaje de estilo acuarela que un tribal que ocupe una gran superficie de la espalda. Y pese a estas dificultades, vamos a intentar contarte cómo se hace un tatuaje cover up por si estás pensando en hacerte uno.
Factores a tener en cuenta al hacer un tatuaje cover up
Cuando acudas al estudio para hacerte un cover lo primero que haremos será analizar el tatuaje que quieres cubrir: los colores de tinta usados, el tipo de diseño, la superficie que ocupa, su disposición… Son factores fundamentales a la hora de pensar en el cover up pues condicionan lo que vamos a poder hacer y lo que no.- El color. Los tatuajes que emplean tinta negra no pueden ser cubiertos con tintas de otros colores. ¿Eso supone que no puedas hacerte un cover sobre un tatuaje negro? En absoluto, pero sí que el negro seguirá siendo el elemento principal del cover. Haremos un diseño en negro que cubra el tatuaje anterior y, si es posible, podremos incluir otros colores en zonas no tatuadas.
- El estilo. Los tatuajes tribales, maoríes, algunas opciones de tatuaje japonés basados en el rojo y negro van a limitar mucho el tipo de cover que podremos utilizar por la misma razón que comentábamos en el punto anterior. Y es que hay estilos de tatuajes, como los lineales o el estilo acuarela, que no suelen utilizarse cuando hacemos un cover up. ¿Por qué? Porque no permiten cubrir el tatuaje anterior con garantías al ser diseños muy finos y con colores tan claros que no cubren las tintas anteriores. En general tendremos que decantarnos por estilos con textura que nos permita crear una composición que tape todo lo que ya no queremos mostrar.
- El tamaño del tatuaje. Como aproximación podemos decir que un tatuaje cover up debe ocupa entre dos y tres veces más espacio que el tatuaje que queremos cubrir. Eso es así porque necesitamos crear un diseños que nos permita tapar el tatuaje antiguo y dotar de sentido a la nueva composición con elementos que llamen la atención y resten importancia a lo que hay debajo. Por lo tanto, si tenemos, por ejemplo, un tatuaje que nos cubre todo el antebrazo será realmente complicado, cuando no imposible, hacernos un cover up.